¿Tienes Rosácea? Aquí te dejamos nuestros mejores consejos...
Aquí te dejamos nuestros secretos y cuidados para la rosácea. Agua de Rosas, y Aceite de Argán 100% puro para tu rostro sumado a varios tips de cuidado son nuestra receta para este tipo de pieles.
Rosácea Causas
La rosácea es una enfermedad de la piel que produce que la cara se vuelva de color rojo, y aunque sus causas se desconocen, suelen presentarla personas con la piel sensible. Dentro de sus síntomas destacan el enrojecimiento facial en la parte central de la cara. Hinchazón de los vasos sanguíneos de la nariz y las mejillas. Protuberancias rojas e hinchadas de pus como granos en la cara que se parecen al acné. Además, la piel puede sentirse caliente y sensible.El frío, el viento, el exceso de sol, el contacto con determinadas sustancias y, también, las hormonas, el estrés y otros factores influyen directamente sobre nuestra piel. Esa es la razón por la que ésta puede “reaccionar” o “revelarse” en un momento dado y lo hace en forma de granos, rojeces, alteraciones de la pigmentación… Esta “acción de protesta” cutánea es la causa principal de problemas como el acné, la rosácea o las manchas, entre otros.
Ya les hemos contado porqué deben preferir la cosmética natural para la piel, sobretodo en estos casos: mientras menos «tóxicos» metamos en nuestra piel, mejor va a lucir.Lo más importante es la limpieza de la cara, debe hacerse con un limpiador suave, como nuestro Gel Limpiador con Argán Maqui Goji y Verbena, también puedes limpiar directo con Aceite de Argán, aunque parezca extraño, este tipo de piel necesita de ácidos grasos, y la opción de limpiar con aceite siempre es más natural
Nuestras opciones para la rosácea
Aceite de Argán 100% puro |
Todo esto refiere al cuidado de la piel desde el exterior, sin embargo, es igual o más importante que cuidemos nuestro interior.
La alimentación, los hábitos de vida y el cuidado de todo nuestro organismo, tendrá SIEMPRE efectos muy positivos en la salud de nuestra piel.
Elimina el azúcar de tu dieta: Cuando hablo de azúcar no nos refierimos solo al de mesa, también a las bebidas azucaradas, mieles, dulces, siropes, azúcar de coco, etc. Es imprescindible que empecemos a acostumbrarnos al sabor natural de los alimentos si añadir nada.
Que tu alimentación se base en frutas y verduras bajas en carbohidratos: Las hojas verdes deberían estar en todas las comidas del día. La fruta y la verdura es rica en fibra soluble, la que ayuda a mantener tus bacterias intestinales en buena forma. Además, es rica en vitaminas, minerales, fitonutrientes y antioxidantes que van a prevenir el envejecimiento. Nos aportan mucha agua y nos sacian, lo que impide que consumamos alimentos “no saludables”.
Cambia los lácteos de vaca por los de cabra o vegetales y si pueden ser fermentados mejor: Se ha visto un efecto tóxico directo en el contacto de la proteína de la leche de vaca con la mucosa intestinal de los niños lo que se traduce en un aumento de la permeabilidad intestinal desde edades tempranas. La leche de cabra tiene las proteínas más parecidas a la leche materna, por lo que la podremos digerir mucho mejor. Si los eliges fermentados, se elimina parte de la lactosa y tenemos el beneficio añadido de las bacterias resultantes de la fermentación. Buenos ejemplos son el kéfir o el yogur de cabra de producción ecológica.
Modera el alcohol: Además de todos los efectos tóxicos para el organismo, Algunos estudios sugieren que el alcohol puede causar la pérdida de la función de la barrera intestinal. Tampoco hay que ponerse tan estrictos, pero trata de que restringirlo y consumir los alcoholes más bajos en azucares.
Elimina los productos procesados: están cargados de grasas hidrogenadas, aditivos, conservantes, colorantes: Mientras menos procesados sean los alimentos que consumas, mejor te sentirás por dentro y por fuera.
Que no falten las grasas saludables: Las grasas buenas como los Omega 3, van a reducir y prevenir la inflamación de todo tu cuerpo. Una buena fuente es el pescado azul, la palta, oliva y los frutos secos.
Menú anti-rojez. Es importante que las personas con rosácea anoten todos los alimentos que consumen a diario, con el objetivo de detectar y evitar aquellos que producen los brotes y que suelen ser los siguientes: picantes; comidas calientes pesadas; productos lácteos y chocolate; ciertos zumos de cítricos;
Ojo con el sol. La exposición solar suele ser el desencadenante facial más frecuente, por lo que hay que utilizar siempre un fotoprotector solar de alta o muy alta protección y en invierno proteger la piel que queda expuesta con un gorro y bufanda.
Vigilar la temperatura ambiental. La estufa en exceso, o tomar una ducha demasiado caliente son circunstancias que pueden aumentar el flujo sanguíneo y, en consecuencia, el rubor facial. Por ello, hay que intentar mantenerse lejos de las fuentes de calor, evitar el agua muy caliente y protegerse de las condiciones climáticas extremas.